Con el nombre de guerras Celtíberas o Numantinas se considera un periodo de veinte años (153-133 a. C.) de campañas y operaciones bélicas intermitentes, que acabo con el sometimiento a Roma de las tribus del Alto y Medio Valle del Duero y su integración en la España Citerior.
Pelendones. Pueblo Celtíbero. Las referencias son posteriores a las de los Arévacos. Las intensas relaciones entre ambos pueblos pudieron hacer omitir los pelendones a los historiadores antiguos y citar solamente a los arévacos.
Entre las ciudades que se atribuyen a los pelendones, sobresale la de Numantia, por su heroica gesta, así como las de Augustóbriga y Savia (Soria).
Arévacos. Pueblo Celtíbero que junto a los Pelendones formó el grupo de los Celtíberos Ulteriores.
Según Plinio, los Arévacos recibieron su nombre del río Areva. Podría tratarse del río Araviana.
Se consideran ciudades arévacas: Clunia (Peñalba de Castro), Segontia (Sigüenza), Veluca (Calatañazor), y Uxama (Osma).
(Nota) Según Schulten, en la época de las guerras Celtibéricas, la mayor parte del territorio de los Pelendones había sido ocupado por los Arévacos. De ahí que ciudades en principio de origen pelendón se citen en ocasiones como arévacas.
Datos de la Defensa Numantina
Fecha. 133 a. C.
Lugar. Numancia (Soria) España
Victoria. De los romanos.
Contendientes. Pueblos celtíberos (Arévacos y Pelendones). Guerreros a las órdenes de Retógenes del Caraunio
situados en Numancia, (hoy Garray, Soria) contra legionarios y caballería de la
República Romana, al mando de Publio Cornelio Escipión Emiliano, también
llamado “el Africano Menor o Numantino".
Numancia era una antigua ciudad de Celtiberia, y más tarde de la provincia romana Tarraconense.
Sus minas están situadas en el cerro de la Muela o de Castro, a 7 kilómetros de la ciudad de Soria.
Dice el texto de Floro:
"Numancia, así como en riqueza fue inferior a Cartago, Capua y Corinto, en fama, por su valor y dignidad fue igual a todas, y, por lo que respecta a sus guerreros, la mayor honra de España.
Pues, ella sola, que se alzaba junto a un río, en una colina medianamente empinada, sin murallas y fortificaciones, contuvo con cuatro mil celtíberos, durante once años, a un ejército de cuarenta mil, y no sólo lo contuvo, sino que lo golpeó con notable dureza y le impuso infamantes tratados. Por último, una vez que ya hubo constancia de que era invencible, fue necesario recurrir al que había destruido Cartago".
Causas de la batalla.
Sigue el texto de Floro:
"Difícilmente, si se me permite confesarlo, se podría hallar causa más injusta para una guerra. Habían acogido a los segidenses, aliados y parientes suyos, fugitivos de las manos de los romanos. De nada sirvió su intercesión. Pese a que se habían mantenido lejos de toda participación de los enfrentamientos, recibieron la orden de deponer las armas como precio para un compromiso oficial".
Desarrollo de hechos.
Nada más llegar a primeros de septiembre (134 a. C.) ante los muros de Numancia procedió Escipión a dar curso a su plan que era el de rendir la ciudad por asedio y no por asalto. El método romano de asedio en esa época consistía en rodear la plaza asediada por medio de un foso y una muralla, técnica que habían aprendido de los griegos y estos de los pueblos orientales entre los que los asirios habían destacado como verdaderos creadores de la ingeniería militar.
Gracias fundamentalmente a las excavaciones del investigador alemán Schulten, conocemos la topografía del lugar: una cerca de empalizadas y terraplenes protegió a los sitiadores mientras levantaban alrededor de la ciudad un sólido muro con torres, controlado por siete campamentos.
Alrededor de 50. 000 hombres, frente a los apenas 4.000 sitiados.
Fueron inútiles los intentos numantinos de romper el cerco. Cuando el hambre empezó a hacer estragos, después de quince meses de asedio, los numantinos prefirieron morir en el fuego, antes que rendirse.
Fin de la batalla
El vencedor aplicó en Numancia sus preceptos de política exterior ya experimentados en Cartago: la mayor manera de asegurar una conquista era aniquilar a cualquier enemigo efectivo o potencial y erradicar por el terror cualquier oposición.
Después de asegurarse y reservarse 50 prisioneros para que adornasen su carro triunfal, incendió la ciudad y repartió el territorio entre las tribus vecinas que habían colaborado en el asedio.
Se lograba así la pacificación de Celtiberia. Mas no era paz de justicia y equidad, sino la paz de los muertos.
Referenciasbibliográficas.
http://www.academia.edu/28647060/LA_GUERRA_DE_NUMANCIA
http://www.mundohistoria.org/temas_foro/historia-la-edad-antigua/la-guerra-numancia?page=1
Cuadernos Historia 16. Numancia contra Roma, C. González, N. Martín y J.M. Roldán.
Para ampliar información observa el siguiente vídeo.
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