Se autoriza la fundación de la Orden del Temple en el concilio de Troyes, organizado por el papa Honorio II.
Eran los templarios monjes guerreros que ejercieron a la vez en otras actividades, como competentes agricultores, excelentes ganaderos con empleo de técnicas modernas, también de banqueros con remuneradoras actividades e incluso alquimistas.
Bernardo de Claraval, futuro San Bernardo decía de ellos que eran "leones en la guerra y corderos en la paz"
Las propiedades y fuentes de renta se dividían por países y dentro de estos, por prioratos: bajo el mando de los priores vivían los bailíos y comendadores, que tenían a su cargo caballeros y escuderos de la Orden.
Los Templarios fueron los primeros "monjes" que lucharon contra el infiel. Adquirieron tanto poder y acumularon tantas riquezas que constituyeron un pequeño reino, ya que sólo dependían de la autoridad del Papa.
Llevaban cabellos rapados, larga barba y vestían capa blanca. Construían u ocupaban fincas, aunque la célula base de organización fue la encomienda.
Los templarios desde 1139 no dependían de jurisdiciones episcopales, ni tenían que pagar impuestos de ningún tipo.
En la orden del Temple existía una importante jerarquización.
En la mitad del siglo XII, la marea comenzó a cambiar en las Cruzadas. El mundo musulmán se ha vuelto más unido con líderes eficaces como Saladino, y la discordia surgió entre facciones cristianas y sobre la Tierra Santa.
Felipe IV (El Hermoso) de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, comenzó a presionar al papa Clemente V para que tomara medidas contra sus integrantes.
En 1307, un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera.
En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su abrupta erradicación dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días el nombre de los caballeros templarios.
La disolución de la Orden del Temple: el Concilio de Vienne Ante la situación tan crítica con la que se enfrentaba la iglesia, Clemente V convocó un concilio ecuménico en la ciudad francesa de Vienne, que abrió a finales de 1311. Desde el primer momento la cuestión del Temple ocupó los debates del concilio.
"Suprimimos con aprobación del sagrado concilio, y prohibimos para siempre la mencionada Orden del Temple y su estado, hábito y nombre; mandado que nadie se atreva adelante a entrar en ella, ni a llevar su hábito, ni a portarse como templario, todo bajo pena de excomunión que se incurrirá por el mismo hecho".
Resumen de fechas importantes.
1307 (13 octubre) Arresto de todos los Templarios de Francia por orden del Rey Felipe IV el Hermoso.
1311 (16 octubre) Apertura del Consejo de Viena para juzgar el orden del Temple.
1312 (22 marzo) El Papa Clemente V abolió la Orden del Templo.
1312 (2 mayo). Clemente V atribuye los bienes de los Templarios a los Hospitalarios.
1314 (18 marzo) Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden del Temple, y Geoffroy de Charnay, Comandante de Normandía, son quemados en la Isla de los Judíos en París, después de haberse retractado de sus confesiones
1319 (14 marzo) A petición del Rey D. Dinis, el Papa Juan XXII instituyó la Orden de Cristo para reemplazar a los Templarios desaparecidos.
1357 Tomar se convierte en la sede de la Orden de Cristo.
Los "sepultureros" de los Caballeros del Temple fueron el Rey de Francia, Felipe IV "el Hermoso", el Papa Clemente V y los dominicos, orden muy experta en estos asuntos.
La tónica del monarca francés fue un intento de absolutismo, para lo que le estorbaban los Templarios por su exención jurisdiccional y su poderío económico, que humillaba a un soberano lleno de deudas.
Bibliografía.- Atienza, Juan García.- La meta secreta de los Templarios. Emmanuel Barceló.- El enigma de los Templarios. https://es.wikipedia.org/wiki/Caballeros_templarios.
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