Desde el año 1834 hasta 1855 en lo referente a las leyes desamortizadoras constituyen un periodo diferenciado del resto del proceso desamortizador contemporáneo.
Más conocido como Mendizábal, Juan Álvarez y Méndez ha pasado a la historia de España asociado al proceso de desamortización eclesiástica que se inició entre 1835 (Ministerio de Toreno) y 1837.
Mendizábal |
El intento reformista fue liberar estos bienes para obtener de ellos el máximo provecho. Se pretendía afianzar dos posibles logros relacionados: crear una clase agrícola olgada, con capacidad de ahorro, y a través de ella incluir a las tierras en el círculo impositivo.
Su artículo 1.º declaró: «en venta desde ahora todos los bienes raíces de cualquier clase, que hubiesen pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas extinguidas, y a los demás que hayan sido adjudicados a la Nación por cualquier tipo o motivo, y también todos los que en adelante lo fueren desde el acto de su adjudicación».
El objetivo financiero era el más importante, puesto que había necesidad de buscar ingresos para pagar la deuda pública del Estado, y obtener recursos económicos para la guerra contra los carlistas.
El objetivo económico: se quería aumentar la producción agrícola.
El objetivo político: era necesario ampliar el número de simpatizantes al liberalismo y atraerse a sus filas a los principales beneficiarios de la desamortización, la incipiente burguesía. (Reforma del Estatuto Real)
El objetivo social: era necesario crear una clase media agraria de campesinos propietarios.
Las consecuencias de la desamortización fueron:
los campesinos más humildes fueron perjudicados, pues
tuvieron que pagar mayores rentas por las tierras porque los nuevos propietarios subieron los alquileres.
En
España, un amplio sector del campesinado fue antiliberal mientras que la mayoría de la nobleza apoyó la
revolución liberal.
Tras la desamortización: la Iglesia pierde casi todos sus bienes y el diezmo, aunque en 1845
se estableció una Contribución de culto y clero.
El reforzamiento de la estructura de la propiedad de la tierra
trajo consigo la aparición de un nuevo latifundismo burgués.
Cronológicamente va a ver cuatro fases desamortizadoras en la historia de
España sobre bienes eclesiásticos:
El ministro Godoy (bajo el reinado de Carlos IV)
El rey José I en el territorio controlado por los franceses durante la Guerra
de Independencia
La labor del Trienio Liberal (1820-1823)
Desamortización de Mendizábal (1836)
Sobre bienes municipales
Desamortización de Madoz (1855)
CONCLUSIÓN.
La desamortización, primero de los bienes eclesiásticos y luego de los civiles, fue la medida práctica de
mayor trascendencia tomada por los gobiernos liberales durante el reinado de Isabel II.
Como consecuencia
de estas desamortizaciones se consolidó el régimen liberal, pero no produjo un aumento significativo de la
producción agraria y por el contrario la propiedad se concentró más.
Ninguna de las dos desamortizaciones llegó a culminarse, ambas podían haberse realizado con más
rendimiento para el Estado y se podían haber aprovechado para repartir la tierra entre el campesinado
iniciando un verdadero proceso de reforma agraria.
Pero ni los nuevos propietarios invirtieron en la
modernización de la explotación agraria, ni se creó una clase de propietarios medios, por lo que no se dieron
las circunstancias favorables para que la agricultura sirviera de base a la Revolución Industrial al no existir
un mercado interior, debido al escaso poder adquisitivo de la población.
Por otra parte, los capitales generados por la venta de propiedades desamortizadas tampoco se destinaron
a la industria (salvo en el ferrocarril, con la de Madoz) por lo que el proceso de desamortización no contribuyó
al crecimiento económico.
Bibliografía
Rafael Sánchez Mantero. Historia de España. La España de Isabel II. (1999) Editorial Espasa Calpe.
La desamortización . F. Tomás y Valiente, J. Donézar, G. Rueda y J. M. Moro. Cuadernos Historia 16. (1985)
Clavero, B. y otros. Estudios sobre la revolución burguesa en España. Madrid Siglo XXI (1979)
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