El fenómeno Cátaro.
El fenómeno Cátaro apareció en Occidente en los alrededores del siglo X, una época en que las herejías eran denunciadas por todas partes en Europa. La mayoría de las veces se las calificaba como maniqueas.
El Catarismo, que surgió dentro de la oscura Edad Media como una nueva esperanza una vez transcurrido el año 1000, con un claro mensaje de bondad fundamental de la naturaleza humana y de significativa transcendencia espiritual, al propugnar la recuperación de las auténticas corrientes primitivas del cristianismo, impregnó de rebeldía una innovadora sociedad occitana que resplandecía por encima del resto de Europa con la eclosión del mundo exótico de los trovadores.
Era una religión singular en la que se encerraron muchos enigmas.Algunos de ellos tan comprometidos, como para que sus enemigos los inquisidores, gran número de nobles y reyes se empeñaran en exterminarlos.
El nombre “Cátaro”, provenía del griego y significaba “puro”. Dentro de la comunidad cátara estaban los fieles de base y los ‘perfectos’, los más puros, que llegaban a este nivel después de tres años de noviciado y el paso de un examen.
Consiguieron imponer su religión en el país de Oc; más tarde en Languedoc y en Lombardía.
La existencia de los Cátaros consistía en la meditación, el rezo y el trabajo.
En 1030, en Italia, en la región de Asti, es descubierta una colonia de herejes, a los que se designa ya con el nombre de cátaros.
Tanta libertad e independencia significaron un serio peligro para el dogmático poder de la iglesia romana que lanzó con la ayuda del poder temporal y brazo secular francés una tenaz persecución y exterminio bajo el nombre de Cruzada Albigense.
Persecución del Catarismo.
El inicio de la persecución se comenzó a fraguar a partir del III Concilio de Letrán (año 1179) en el que el Papa Alejandro III promulga 27 cánones, siendo uno de ellos la implantación de severas disposiciones contra los Cátaros o Albigenses y la consiguiente reprobación de gran parte de la nobleza occitana que protegía la implantación de los herejes en sus territorios causando graves estragos a la jerarquía eclesiástica.
Posteriormente, Lothar Conti, coronado Papa en el año 1198 con el nombre de Inocencio III, promete solemnemente destrozar a sangre y fuego la herejía.
La relajación de la autóctona jerarquía eclesial había facilitado la penetración del nuevo brote herético.
Por tanto, el nuevo Papa ejercerá un férreo control sobre dichos territorios, a través de los mandatos que llevarán sus legados a los obispos occitanos.
En la fase final, las operaciones militares y las actividades de la recién creada Inquisición suprimieron los focos de resistencia Cátara, que, desprovistos de sus apoyos políticos, terminaron por ser reducidos, considerándose que su derrota definitiva se produjo con la caída del Castillo de Queribús en 1.255.
El catarismo fue languideciendo hasta su completa extinción a principios del siglo XIV.
LA CRUZADA ALBIGENSE (1209-1244)
Probablemente la herejía albigense sea una de las más conocidas de las que sucedieron en toda la Edad Media. Estuvo activa desde mediados del s.XII hasta mediados del s. XIII.
Las Cruzadas eran guerras religiosas acontecidas durante la Edad Media en las que los cristianos, normalmente con el beneplácito del Papa de Roma, atacaban a pueblos que profesaban otras religiones.
Las Cruzadas respondían a motivos religiosos, políticos y económicos.
La Cruzada Albigense fue una cruzada atípica, ya que se lanzó dentro de un territorio europeo como era el sur de Francia y contra población “francesa”. El motivo de esta cruzada era suprimir la corriente religiosa que propagaban los Cátaros.
La cruzada albigense, fue una sangrienta persecución religiosa contra los cátaros albigenses, llamados así por Albi, una localidad de la región de Occitania (Languedoc, Provenza), en el sur de Francia, en la que residían las mayores comunidades de Cátaros.
Los cruzados mandados por el conde Simón de Monfort vencen sobre Raimundo VI y su cuñado Pedro II de Aragón en Muret (1213) Al moriri Simón en 1218, Raimundo reconquista sus tierras.
La guerra terminó definitivamente con el tratado de París de 1229, un tratado mediante el cual, el rey de Francia asumió la mayor parte de los feudos en conflicto, obligando a Raimundo VII a comprometerse a combatir a los cátaros y asumiendo el Condado de Tolosa tras la muerte sin descendencia de éste, acabando así la independencia de Occitania. Ese mismo año de 1299 se encomendó a La Inquisición extirpar totalmente la herejía, acabando con los núcleos cátaros que aún existían en la zona.
https://senderosdelahistoria.wordpress.com/2007/11/03/la-cruzada-albigense-1209-1244/
Los Cátaros. Carter Scott. M.E. Editores S. L.
Atlas Histórico Mundial. Hermann Kinder, Werner Hilgemann. Ed. Istmo.
Para saber más visiona este vídeo.
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